domingo, 5 de junio de 2011

Hereu y Puig, pareja de hecho

Como la mayoría sabréis, el pasado 27 de mayo, un grupo de 'mossos amorosos' irrumpieron la rutina de la actividad que tiene lugar en Plaça Catalunya, donde pacíficamente (a pesar de muchos) acampan un gran número de personas con un motivo muy simple: no dejarse estrangular por un sistema que día a día ha demostrado defender los intereses de unos pocos.
Así que debido a este suceso, y gracias a las diversas declaraciones que nos ha ofrecido el Conseller d'Interior de la Generalitat, Felip Puig, me dirijo a hacer un pequeño análisis sobre lo escuchado estos días.

Uno de los primeros elementos que más fuerza han tenido con el ataque llevado a cabo por los, cada vez más apreciados, Mossos; es la inmensidad de reportajes fotográficos y audiovisuales que surgieron a partir de aquel día y que se convertirían en todo un testimonio de lo que en aquella mañana tuvo lugar. Aun así, el Conseller ha declarado que estos reportajes de los que hablamos (los cuales aún no ha podido analizar en su totalidad), no muestran todo lo ocurrido, ya que los fotógrafos no suelen estar en primera línea para poder obtener fotos desde todas las perspectivas (de ahí la nueva y brillante idea del Conseller, cámaras en los cascos, a eso le llamo yo austeridad con los presupuestos). Y de hecho, se permite el lujo de decir que en este tipo de actividades, muchos aprovechan y exageran cuando ven una cámara.

Otro factor clave en la mañana del 27, es la política de comunicación que según el Conseller se llevó a cabo, desde el día 15 (inicio de la acampada) hasta la misma mañana del 'desalojo encubierto'. Felip Puig se ha hartado de repetir que la gente de la acampada no quería negociar y que por ello mismo no tenían interlocutores. Me gustaría saber a la negociación a la que se quería llegar, porque llamar 15 minutos antes y avisar de que van a limpiar la plaza, no lo acabo yo de ver como clave de consenso. Además, Sr. Puig no se puede ir por la vida encubriendo un desalojo con la excusa de 'motivos de salubridad'... eso no se hace! Hasta 35 camiones necesitaron para limpiar la plaza, pero no por los objetos peligrosos que pudieran haber, sino porque arrasaron con toda la plaza y sin miramientos. Eso sí, debemos recordar que el desalojo se ha intentado hacer ahora, cuando han pasado las elecciones, y no, cuando lo prohibió la Junta Electoral (se ve que el cumplimiento de las ordenanzas municipales se lleva a cabo depende del día en que te pille).

También se ha hablado mucho de la resistencia que se produjo por parte de los 'indignados', una resistencia pacífica, materializada con flores y diversas sentadas, para poder impedir la salida de todo aquello que se había ido construyendo a lo largo de dos semanas. Pero claro, mis amigos los Mossos no lo acabaron de ver de la misma forma (perversión del sistema, fractura de la convivencia, incitación a la violencia, etc.), así que decidieron desconectar de la racionalidad que pudieron tener en algún instante para iniciar una batalla campal, en la cual sólo un bando llevaba armas y las acreditaciones brillaban por su ausencia.

Pero bueno, el resultado de todo esto ya lo sabéis. Así que por último, sólo me queda dar las gracias al tándem formado por Puig-Hereu, debido a su preocupación respecto a la salubridad del lugar; y al cuerpo de Mossos d'Esquadra, ya que desde aquel día me siento más protegida que nunca. ¿Conclusión?, nos la da el Sr. Puig: 'El sábado al mediodía no había nada... lo recogieron ellos solos, ¿lo habrían hecho sin la intervención de los Mossos el día anterior? ¡No lo sabremos nunca!'.


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